Con 21 años el “Martillo” Haedo, como fue apodado por la potencia de su pegada, es una de las grandes promesas del box argentino. Con una actualidad extraordinaria ostenta un invicto de 9 peleas en el profesionalismo todas por la vía rápida y de preferencia en el segundo round.
El Termómetro- ¿Cómo empezaste a practicar box?
Elías Haedo- A los 14 años comencé boxeo a la vuelta de mi casa. En un principio no me gustaba tanto, en realidad no me gustaba ninguna clase de deporte, iba a pasar el tiempo. Mi mamá habló con el entrenador, que era Enrique Ferreiro, el mismo entrenador que tengo hoy. A medida que fui conociendo el box y me fue yendo bien en las primeras peleas amateurs que tuve, fui encontrando la pasión hasta convertir el hobby en una profesión.
T- ¿Eras de pelear en la calle?
E- No era de pelear en la calle, en el colegio sí, siempre me pegaban, pero en la calle fui tranquilo, si me peleaba era porque me buscaban.
T- ¿Qué recuerdos tenes de tu primera pelea sobre un ring?
E- Una emoción muy fuerte, comencé otra vida. Esa primera pelea significó mucho. Por más que gane todas las peleas que vienen en el futuro, ninguna se compara con la primera, fue una emoción increíble.
Elías se enfrentaba a rivales mucho más grandes en edad y en tamaño que él. A sus quince se medía con boxeadores de veinte y hasta treinta años de edad. Desde sus comienzos hizo sentir el rigor de su pegada, ganando por K.O en la primera y segunda pelea de su carrera amateur, que contabiliza 32 combates con sólo dos derrotas: una con Nicolás Andino, hoy 4to en el ranking argentino superligero y otra con Elías Vallejos, en un fallo discutido y al que Haedo no avala. “Vallejos era el favorito de la Federación”.
T- ¿Cómo es la historia de Elías Haedo?
E- Un laburante en todo sentido, con una infancia dura. Mi papá falleció cuando tenía diez años, así que desde chico trabajé para ayudar en casa y para tener mis cosas. Hubo un tiempo en el que iba en la semana a la escuela, después al gimnasio y en el fin de semana salíamos a juntar cartón por la zona de Retiro y Palermo con mis hermanos.
A pesar de la vida dura que me tocó, con cinco hermanos muertos, tres de mi mamá y dos de mi papá, siempre seguí por el buen camino. Los dos de mi papá no sé de qué murieron; mientras que la más grande de mi mamá tenía epilepsia, mi hermano que hoy debería tener 30 años se quitó la vida de un disparo y el más chiquito no sé de qué murió.
Todo eso me llevó a la vida que tengo hoy. No importa lo que nos haya pasado o cuanto sufrimiento nos haya tocado atravesar. Yo podría haberme fumado un faso o irme de joda y nunca se me pasó por la cabeza hacerlo, siempre fui sano. Nunca fumé nada y si tomo alcohol por una rara casualidad, tomo poco, mi papá murió fumando 4 paquetes de cigarrillos y bebiendo mucho.
T- ¿Cómo es tu actualidad?
E- Vivo con mi hermana, mi sobrina, mi mamá y mis hermanos. Desgraciadamente, hace un mes falleció un cuñado muy querido que me llevaba a todas las peleas. Tengo mi pieza, mi comedor, mi baño. Al lado vive mi madre con mis otros hermanos. Siempre vivimos todos juntos. También tengo mi otra familia en el gimnasio que son los que están conmigo en todo momento.
T- ¿Cuál es tu actualidad boxística?
E- Voy a dejar el peso superligero para volver a wélter, una categoría más pesada, en la que llegué a posicionarme 8º del ranking y en la que me siento más cómodo.
T- Cuando tenes ratos libres, que son muy pocos, ¿Con que soñas?
E- Sueño con tener una buena casa y tener en buena posición a mi familia. Ser campeón mundial o argentino hoy me da igual, eso es puro egocentrismo. No es que me importe sólo la plata, yo peleo porque me gusta y si peleo prefiero que me paguen más antes que tener un título. Si sé que voy a ganar y me siento confiado, no voy a regalar una pelea por plata.
T- ¿Priorizas a tu familia antes que obtener un título mundial?
E- Si, siempre lo digo. Siempre están primero ellos antes que cualquier cosa, lo otro es una pelea, el promotor te llama cuando le servís, nada más.
T- ¿Qué le decís a los chicos que empiezan boxeo?
E- Dudar no sirve, yo siempre digo que vayan para el frente pese a las dificultades. Yo siempre fui, aunque tuviera que ir corriendo. No importan los problemas que tengas casa o lo que tengas puesto. Esto lo digo no solo para el que empieza boxeo sino a todos los que se proponen y que luchan por un sueño. Insistan porque mañana van a tener lo que deseaban y mucho más.