La campaña «El hambre no tiene final feliz» lanzada por UNICEF Argentina pone en evidencia la grave crisis alimentaria que afecta a millones de niñas y niños en el país. Según el reciente estudio de la organización, un millón de menores se acuestan cada noche sin haber cenado, un reflejo directo de la situación de pobreza extrema que viven más de siete millones de chicas y chicos en Argentina.
El contexto económico del país, marcado por una inflación persistente y un estancamiento que ha durado más de una década, ha debilitado severamente la capacidad de ingresos de muchas familias. Como resultado, estas familias se ven obligadas a tomar decisiones extremas, como saltarse comidas o incluso dejar de comprar alimentos básicos para poder sobrellevar la falta de ingresos, a menudo recurriendo al endeudamiento.
La gravedad de la situación se refleja en las estadísticas recientes, que muestran que el 54,9% de la población vive en la pobreza, mientras que un 20,3% se encuentra en la indigencia, según el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA. La campaña de UNICEF busca no solo sensibilizar a la población sobre esta crisis, sino también movilizar a la sociedad para contribuir a mitigar el hambre y la pobreza que afectan a tantas familias en el país.