La síntesis de esa incesante producción intelectual y emocional confluyen en la muestra de arte «Calma y Belleza», que Cabrera inaugurará el próximo viernes en el Centro Cultural Federal de Pilar (Pedro Lagrave 281, entrada gratuita) a partir de las 19:00.
Cruzando ambos campos, el del arte y la salud mental, su producción explora distintos métodos y soportes para trabajar con lo invisible y el inconsciente. Sus técnicas son los medios que la artista ha ido explorando a lo largo de su trayectoria, haciendo frente a una serie de preocupaciones que incluyen la desaparición de la vida y la migración posterior del Alma.
Toda la producción de Susana Cabrera parece hacer referencia a la idea de devenir. Su punto de vista está atravesado por una forma de orientalismo que se puede rastrear en toda su producción, desde el uso de transparencias y solapados en los textiles, a las superposiciones de capas y veladuras en las fotografías y pinturas o, también, en la relación que esculturas y joyas mantienen con arquetipos culturales y naturales.
«Pienso mis obras como una manera de representar la síntesis de energía y materia, graficando desplazamientos e imaginando estructuras para registrar las tensiones de lo plástico», explica Cabrera.
Posee -y pregona- una concepción panteísta del mundo, donde lo sagrado y el universo constituyen una sola cosa. «Un cosmos de texturas y composiciones armadas capa a capa, detalle a detalle, a la manera de un mapa estratigráfico», define.
Sumando, combinando y editando estructuras volumétricas y planos que juegan con una ilusión de profundidad, la artista enfrenta al espectador de su obra con una forma de exuberancia que se ubica más allá de la esfera humana, apuntando a unas serie de estrategias de composición, trama y color que se confunden con el quehacer de la naturaleza.
Ni más ni menos, se trata de la búsqueda de la experiencia de lo divino en lo humano y de lo humano en lo divino, una tarea tiránica, sin duda, que Susana Cabrera afronta con dedicación, contemplando con el mismo amor y rigor lo macro y lo micro, lo absoluto y lo mundano.