El detonante del despido de Mondino fue su reciente voto en la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), donde la ahora excanciller apoyó la resolución que pide el fin del embargo económico que Estados Unidos impuso sobre Cuba en 1962. Esta postura, alineada con la tradicional posición argentina en el organismo internacional, generó el descontento del presidente Milei, quien habría esperado un respaldo a la política estadounidense en línea con sus convicciones ideológicas.
A pesar de la expectativa de que Argentina se sumara a los pocos países que apoyan el embargo, Mondino mantuvo la votación histórica del país en favor de la soberanía cubana, sumándose así a los 187 países que rechazaron el embargo. Estados Unidos e Israel fueron los únicos votos en contra, mientras que hubo una sola abstención. Este respaldo a la resolución impulsada por Cuba motivó la salida de Mondino, quien hasta ahora encabezaba las relaciones exteriores en un contexto de cambio ideológico en el país.
“La igualdad soberana de los Estados, la no intervención y la libertad de comercio y navegación internacionales” son algunos de los principios recogidos en la resolución aprobada, la cual exhorta a todos los países a no imponer ni aplicar medidas contrarias a estos valores.