Se recibe en Comisaria 4 una denuncia sobre el robo de tres caballos (un macho y dos hembras), los cuales estarían destinados a la actividad hípica. Se solicita colaboración al personal de patrulla rural Pilar, como así también del personal de caballería a los fines de abocarse a la búsqueda de los equinos.
En averiguaciones practicadas realizando tareas de campo, se procede a realizar una minuciosa búsqueda. Al llegar al cruce de calles Gral. San Martin y Los Laureles, observan a un sujeto que venía con un equino a tiro, que al observar la presencia policial se la a la fuga, dejando al mismo en la vía pública. Se logra identificar al hombre que traía en caballo y al animal, siendo uno de los que habían sido robados.
Una vecina manifiesta haber visto ingresar a una persona con otros dos equinos en una propiedad abandonada a pocos metros del lugar. Se procede a ingresar al terreno constatándose que no había morador alguno y que a la vista se veían los dos equinos restantes certificando ser los mismo por sus características que se trataría de los otros dos animales robados.
Se restituyó los equinos al damnificado, cabe destacar que los tres animales se encontraban en buen estado sanitario y nutricional.