En su columna semanal, el licenciado en Psicología, Pablo Pillet nos detalló cómo se refleja la queja en la vida cotidiana: “El amor o la energía que se dedica a quejarse. El amor quejoso, la persona que se queja constantemente; Lacan decía que había un goce en la queja; Hay gente que realmente siente satisfacción quejándose”
Pillet remarcó que: “La gente no quiere estar con gente que se queje, con gente negativa, es poco atractivo estar con alguien así; Las personas quieren vincularse con otras, en la medida que sienten que hay buena energía, buena onda, que esa persona tiene ganas de vivir; Uno tiene ganas de pasar buenos momentos con alguien”
“La persona que se queja, siempre está insatisfecha y hay una falta de sentido, la gente a veces se deja vivir y la vida lo vive; A veces se quita la responsabilidad de lo que le pasa, siempre la culpa la tiene otro.”
A su vez, recalcó que: “Quejarse genera la hormona cortisol, que da una aceleración metabólica que hace que la persona acelere su proceso de crecimiento y la persona desarrolla arrugas, canas, tiene problemas a nivel cardiopático;Emocionalmente sirve para aliviar la tensión, quejarse los alivia porque hace catarsis.”