Los detalles forenses revelan que Wolfenson fue víctima de un asesinato por estrangulamiento, a pesar de que inicialmente se pensó que había sufrido un infarto. La forense encargada del análisis del cadáver confirmó que el hombre fue golpeado y luego estrangulado, pero aún no se ha determinado con qué objeto se llevó a cabo el estrangulamiento. Además, se observó un corte de 7 centímetros en las cervicales causado por el material utilizado para estrangularlo.
La estimación del momento de la muerte sugiere que el crimen ocurrió entre las 13 y las 17 horas del viernes, basándose en el análisis forense que estableció que la muerte tuvo lugar de 18 a 24 horas antes del examen del cadáver, que tuvo lugar el sábado.
Resulta alarmante que el legista de la Policía Bonaerense, Marcelo Rodrigué, certificara en la escena del crimen que la muerte era natural, lo que ahora enfrenta una denuncia penal por parte de la fiscalía a cargo de la causa y está siendo investigado por Asuntos Internos. Sus conclusiones contradicen los hallazgos forenses y generan interrogantes sobre su actuación en el caso.
El análisis forense también indica que el ataque fue repentino y que Wolfenson no tuvo posibilidad de defensa. Presentaba signos de golpes y defensa, lo que sugiere un forcejeo antes de ser estrangulado. Además, se ha descartado el uso de armas blancas en el crimen.
La continuidad de la investigación está en manos del fiscal Germán Camafreitas, y se espera el resultado de pericias complementarias y del examen toxicológico para arrojar más luz sobre este crimen que ha conmocionado a la comunidad.