Para empezar, la Secretaría de Educación se reduce de manera contundente en casi un 50%, de 219 millones en 2017 a 116 en 2018. Asimismo, en Obras Públicas la caída será del 70%, tras una suba sistemática por una año eleccionario que trepó casi hasta los 1.000 millones de pesos y en 2018 serán 269 millones, y la baja no se reduce a un achicamiento del gasto público. En tanto, también son notorias las bajas en Participación ciudadana (de 31 a 18 millones en 2018), en Servicios Públicos (de 380 millones a 340) y, sobre todo, en la Subsecretaria de transporte municipal, con una caída del 75%, de casi 45 millones a apenas 11.
Por otra parte, sobre el destino del dinero, los recursos humanos significan unos $2.418 millones para los empleados con los que cuenta la Comuna, un crecimiento de más del 30%, sosteniendo así el aumento del 2016 (1.319 millones) y 2017 (1.823millones). De hecho, más de la mitad de todo el presupuesto Municipal se va en este ítem y, mientras tanto, las arcas se desfinancian en otras áreas pertinentes… el área de Salud, por ejemplo, que se lleva también un gran porcentaje del total, tendrá un aumento de apenas un 9%.
En tanto, en el Ente Coordinador de Cooperativas, lo presupuestado en 2016 para el 2017 fue de casi 2,5 millones de pesos y lo gastado (con fondos provinciales) fueron casi 80 millones. Los 44 millones presupuestados en esa área para 2018 serán del tesoro municipal. No ahondamos en áreas en las que son un despilfarro, pero nos resulta ineludible el análisis para que haya una buena gestión municipal y se utilicen con criterio cada una de las herramientas disponibles. Hoy no parece que vaya a ocurrir.