El caso del crimen de Roberto Wolfenson en el barrio La Delfina de Pilar está tomando un giro producto de irregularidades en la actuación de los médicos que certificaron su muerte. El fiscal a cargo del caso ha pedido investigar al presunto médico de la ambulancia que asistió al domicilio el día del crimen, ya que se descubrió que utilizó un nombre falso y habría falsificado firmas.
El presunto médico se identificó con otro nombre al ingresar al country y se logueó en el sistema como un médico de la empresa proveedora de ambulancias, aunque no trabajó ese día según una auditoría realizada por la empresa. Además, se descubrió que se presentó ante la seguridad del country con otra identidad, posiblemente la de su hermano.
El presunto médico, identificado como Hermenegildo Mejía López, tiene registros de domicilios en diferentes lugares, pero se desconoce su paradero actual ya que atendió a un familiar en Ostende pero no quiso proporcionar más información.
Además del presunto médico de la ambulancia, el fiscal también ha puesto bajo sospecha al médico policial, Marcelo Rodrigué, quien examinó el cuerpo de la víctima en la escena del crimen y concluyó que había muerto de un infarto, a pesar de evidencias de golpes, cortes y heridas graves en el cuerpo de Wolfenson.
Estas irregularidades plantean serias dudas sobre la actuación de los profesionales médicos involucrados en el caso y sugieren la posibilidad de encubrimiento o negligencia en la investigación del crimen de Roberto Wolfenson.