La histórica planta de rodamientos SKF Argentina, ubicada en Tortuguitas, partido de Malvinas Argentinas, cerrará definitivamente sus puertas tras más de 50 años de producción local. La decisión, confirmada por la compañía sueca, afectará a 145 trabajadores y marca el fin de una etapa clave en la industria metalúrgica nacional.
Según informó la empresa, la producción se trasladará a otras fábricas del grupo en el exterior, lo que transformará a la filial argentina en una operadora importadora. Esta medida, según la compañía, busca “mantener la competitividad global” en un contexto de creciente presión económica y altos costos de operación en el país.
“Tras evaluar cuidadosamente varias propuestas, lamentablemente no hemos encontrado una alternativa sostenible al cierre de nuestra planta en Tortuguitas. Es una decisión difícil, pero necesaria para asegurar nuestra competitividad global a largo plazo”, afirmó Manish Bhatnagar, presidente de la Región Industrial de las Américas y Australia de SKF.
Desde el Ministerio de Trabajo bonaerense confirmaron que se encuentran en diálogo con la empresa y la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) para garantizar que las indemnizaciones a los trabajadores superen los montos legales establecidos.
El secretario general de la UOM, Abel Furlán, expresó su rechazo y preocupación ante el cierre:
“SKF se va a reconvertir en importadora y perdemos puestos de trabajo. Están transformando el modelo productivo del país. En 90 años habrá vivido momentos difíciles, pero nunca tomó una decisión como esta”, señaló en declaraciones a AM 530.
Fundada en Argentina en 1917, SKF había consolidado su planta de Tortuguitas como uno de los polos industriales más importantes del sector automotriz e industrial. Desde 1972, la fábrica fue sinónimo de producción nacional, innovación y empleo calificado en la provincia de Buenos Aires.
Sin embargo, este cierre se suma a una tendencia creciente de empresas multinacionales que reducen o cesan operaciones locales ante el actual escenario económico. Expertos advierten que la salida de firmas históricas como SKF representa una pérdida significativa de capacidad productiva y tecnológica para el país.





